En todos los casos, podremos saborear y oler algo fascinante.
Para "meditación" o digestivos: licores de trufa y amargos
Licor, grappa, amaro o cerveza: todos pueden enriquecerse con trufas. Tanto en blanco como en negro. Si es cierto que este tubérculo mejora los primeros platos y segundos platos, hoy vamos a descubrir cómo hace lo mismo con las bebidas alcohólicas.
Empecemos por el licor Vallenera, elaborado con la trufa negra de Norcia, que se obtiene juntando las hierbas aromáticas más la preciada seta que crece precisamente en la zona de carnicerías de Umbría y en el valle del río Nera. La nota de trufa nunca es intrusiva, el contenido de alcohol es del 28%. Este licor se caracteriza por su frescura.
Siguiendo una receta milenaria podemos obtener trufa amaro. El sabor es agradable a la nariz y dulce al paladar; se aprecia mejor si se sirve a temperatura ambiente, como digestivo o después del café. Pero también se puede servir frío con un dulce o postre a media tarde. Incluso la cerveza se puede mejorar con trufas.Es ideal para aperitivos y está disponible en formatos de 33 cl.
Trufa blanca o negra
los beneficios alcohólicos
Discusión aparte merece la grappa con trufa blanca, que se obtiene gracias a la infusión de esta última en el destilado del mejor orujo. La grappa debe servirse entre 8 y 10 grados, como digestivo o quizás acompañada de chocolate negro, con embutidos salados y grasos.
En el Alto Valle del Río Calore, en la provincia de Avellino, un producto típico es el licor de trufa negra, cuya receta data de hace unos 30 años, inventada en Bagnolo Irpino. En dialecto se llama ‘Liquore ‘rtartufu’, se prepara dejando macerar las trufas negras en alcohol puro a 90 grados durante un mes, añadiendo luego una solución de azúcar. Es recomendable beberlo con moderación y con el estómago lleno, ya que tiene un volumen de 38-40 grados. No es difícil de preparar. La trufa se debe cepillar con un ligero chorro de agua, cortar en rodajas y colocar en un frasco de vidrio lleno de alcohol durante 40 días.
En este punto, prepara el almíbar poniendo agua y azúcar al fuego, déjalo enfriar y agrégalo al alcohol filtrado. La mezcla se cierra y sella en botellas y se deja reposar durante al menos tres meses, luego se filtra nuevamente y se coloca en botellas limpias, lista para ser degustada.