El sabor en la boca es siempre intenso, como el perfume.
¿Quieres hacer deliciosas guarniciones a base de trufa?
Las trufas también mejoran los aperitivos y guarniciones, por supuesto. ¿Y cómo podría no hacerlo?
Ya sea en blanco o negro, combina bien con todo. Casi. Las papas son una combinación particularmente utilizada, cocidas o no. Para mantenerse aún más ligero, puede probar una ensalada de rúcula y trufas.
¿Por qué no probar el puré de patatas con trufa?
Las Cebollas Rellenas de Trufa son excelentes tanto para abrir una comida como para romper entre el primer y segundo plato, o para acompañar a este último.
Siguiendo con el tema de los tubérculos con los tubérculos, una receta especialmente buena son las patatas al horno con queso y trufa negra. O la mezcla de verduras, huevos fritos y trufa. Las patatas también se pueden rellenar con crema de trufa. Como ves, las preciadas patatas y las trufas van de la mano en muchos platos. Porque las patatas al horno pueden convivir con las trufas y los pistachos. Y luego la trufa negra también puede enriquecer los cardos.
Una especialidad deliciosa son los vasitos de puré de trufa y salchicha.
¿Y cómo no mencionar el foie gras con trufas?
A medio camino entre un entrante y una guarnición, unos espaguetis de calabacín con setas y trufa negra.
Aún no es suficiente para tí? Sólo existen muchas opciones para seleccionar. Ven siori, ven.
Puedes ofrecer espárragos o berenjenas con trufa negra, mientras que la trufa blanca va muy bien con tomin.
Y otra vez: trufa blanca con manteca, picatostes de jamón y trufa blanca, paté de atún con trufa blanca. Te ofrecemos esta última receta en su totalidad.
Paté de atún con trufa blanca
Para preparar un buen paté de atún con trufa blanca, lo primero que hay que hacer es dejar escurrir el atún.
Luego lava, quita los huesos y desmenuza las anchoas que agregarás a las alcaparras. En este punto, añadir el condimento de mantequilla de trufa blanca. Mezcle hasta que quede cremoso. Ponlo todo en un molde rectangular y déjalo en el frigorífico unas dos o tres horas.
Llegados a este punto, antes de poner el apetecible plato sobre la mesa, solo queda una operación por hacer: desmoldar el paté y cubrir con tiras de trufa blanca.
Ha llegado el momento de servir a los invitados, que pueden servirse picatostes. En tan solo unos pasos habrás satisfecho hasta los paladares más exigentes.